Lo he visto muchas veces. Casas llenas de potencial, con metros aprovechables y rincones que podrían convertirse en espacios maravillosos… pero que no terminan de funcionar. Ya sea por falta de tiempo, por miedo a equivocarse o simplemente por pensar que "decorar es algo que podemos hacer solos". ¿Te ha pasado?
A veces llenamos espacios por llenar, o dejamos otros vacíos, pensando que "algún día" encontraremos la inspiración o la solución perfecta. Y mientras tanto, seguimos viviendo en lugares que no reflejan lo que realmente necesitamos o sentimos.
Tal vez sea procrastinación, o esa sensación de que pedir ayuda es admitir que no podemos hacerlo todo. Pero lo cierto es que, cuando damos ese paso, no solo transformamos el espacio, sino que aprendemos a mejorar nuestra vida diaria. Un mueble bien elegido, una iluminación adecuada, o una distribución pensada pueden cambiar por completo cómo te sientes en casa.
Con el Deco Coaching, no solo renovamos un espacio. Aprendes herramientas y conceptos que te sirven para cualquier rincón de tu hogar, y más allá: impacta en cómo vives, cómo te organizas y hasta cómo te conectas con tu propio bienestar.
No se trata de "dejarlo todo en manos de otra persona", sino de trabajar juntas, de encontrar ese equilibrio entre lo que imaginas y lo que necesitas. A veces, la mejor inversión que podemos hacer es en el lugar donde vivimos, porque de ahí nace gran parte de nuestro bienestar.
Así que, si alguna vez te has preguntado por qué tu hogar no termina de ser lo que sueñas, quizás sea momento de mirar el espacio con otros ojos… y de no tener miedo a pedir ayuda.
Analía Emmanueli
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